Wednesday 14 September 2016

Sabios olvidados : Opinión : La Hora Noticias de Ecuador, sus provincias y el mundo


Este año se cumplen los aniversarios (centenario y cincuentenario) de la muerte de dos sobresalientes científicos, poco y nada conocidos en nuestro medio, aun en ambientes universitarios. El primero, Pierre Duhem, murió el 14 de septiembre de 1916; sobresalió en estudios de termodinámica y, sobre todo desde el punto de vista de cambio revoucionario de la perspectiva, en la historia de la ciencia.


Antes de él, y en ciertos ambientes hasta hoy, se consideraba una contradicción patente hablar de la ciencia medieval, como se dice, un oxímoron. Él puso de relieve las decisivas contribuciones al desarrollo de la ciencia de personajes como Juan Buridán, Nicolás de Oresme, San Alberto Magno, desde los cuales se inicia una cadena de pensamiento que llega a Galileo y que ha sido sistemáticamente ocultada por la historia oficial.


Y esto porque en su país natal, Francia, la sociedad laica y anticlerical no perdonó a Duhem su catolicismo militante. El científico M. Berthelot aseguró: “Este joven nunca enseñará en París”, y así fue. Su obra fundamental sobre la ciencia medieval se terminó de publicar cuarenta años después de su muerte, por prejuicios y fanatismos.


El segundo sabio tiene más renombre, Georges Lemaître, fallecido el 20 de junio de 1966; fue el iniciador de la teoría del origen del Universo que hoy recibe el nombre común de Big Bang; la que fue rechazada por varios científicos, entre ellos Einstein y Hoyle por parecerles demasiado cercana a la creencia en la Creación del Mundo. Este científico, a quien Einstein llegó a admirar con toda sinceridad, era sacerdote católico.


Lejos de toda intencion apologética, sería conveniente recordar a estos sabios que tanto trabajaron en primer lugar para la mejor comprensión del funcionamiento de la naturaleza, con sus leyes y sus constantes y en segundo, por abrir los ojos de muchos a la verdad de épocas pasadas, no solo desconocidas en su integridad sino falseadas y calumniadas. A veces la verdad duele, pero siempre la mentira o el silencio interesado empequeñecen y a la larga dañan más, mucho más.


Sabios olvidados : Opinión : La Hora Noticias de Ecuador, sus provincias y el mundo

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